La vida, un soplo, un aliento, apenas nada.
Mas nunca nada la nada.
María Zambrano
Creo ver un pájaro y sólo es una rama que, balanceándose, me confunde. Así son los poemas. Solemnes como el viento. Pútridos como el cadáver de un ave. Tan ciertos y terribles como el silencio eterno. Lágrimas de un río. Tan breves y menudos que se vuelven contra mí.