jueves, septiembre 11, 2008

Vuelve .

Ayer no cené mucho y esta mañana he tenido que levantarme a tomar un zumo. Es lo que ocurre cuando eres diabético y no cenas mucho. O al menos es lo que me ocurre a mí. Al acostarme sé que el azúcar comenzará a desaparecer de mi cuerpo y deberé ir hasta la cocina para inflarme de azúcares rápidos. Ayer. No cené mucho. Fui al cine con Pablo a las seis de la tarde. Vimos dos películas por segunda vez. Hellboy y Batman. Quizá porque necesitábamos ver a esos héroes-antihéroes que nunca vendrán a salvarnos. Hay que ser valiente, me dice gian. Hay que serlo. Y ayer no cené mucho. No. Cené palomitas dulces pegajosas que se quedaban pegadas al fondo del cartón. Salimos del cine a las doce. Me acompañó a casa. Buenas noches, dije.





Esta mañana, como era previsible, me he tenido que tomar un zumo de naranja. Cuando no tienes azúcar el cuerpo te tiembla, e incluso a veces te encuentras muy mal y te dan dolores de cabeza. Es curioso ver cómo un minúsculo zumo de fruta amarillenta te devuelve la vida conforme va bajando por tu garganta. Era previsible que me levantaría. Sin embargo mis padres, que ya estaban despiertos porque ellos sí han empezado a trabajar, se han pegado un susto enorme al escuchar mi puerta abrirse y al verme aparecer como un zombie, arrastrándome por el pasillo hacia la cocina. Como dentro de quince días tu puerta se abra y aparezca un zombie, entonces sí que nos vamos a asustar, dijo riendo mi padre. No entendí la broma. Tomé el zumo y me acosté de nuevo.

1 comentario:

eliú dijo...

a ese zumo se
le puede agregar un poco
de pisco?

servirlo de noche?


y cerrarlo con
lasagna?